El Tribuno.

Vanesa Pichi y Alejandro Chomik.

A principios del mil novecientos nacen tres diarios en la Ciudad de San Nicolás, provincia de Buenos Aires: El Norte, fundado por Don Antonio Carbajal y posteriormente vendido a la Familia Zuelgaray, es el único que predomina hasta nuestros días habiendo absorbido el resto de las publicaciones similares. Existió también por aquella época El Progreso, fundado por un grupo de miembros de la Logia de Mazones Unión y Amistad Nro. 10 en 1872 y que fuera el primer diario de la ciudad, desaparecido en 1889 y posteriormente resurgido en 1907, como una forma de acercamiento y publicación de los aconteceres locales. Por último  El Tribuno, que es el diario que nos ocupa. Nacido en el seno de la Unión Cívica Radical en pleno auge de las ideas de Leandro N. Alem. Publicación que, sin embargo, variaría los tintes de ideológicos de sus líneas con el correr del tiempo y el sucesivo pasar de los gobiernos.
Interesa en particular el periodo comprendido entre 1949 hasta pasado el golpe de estado de la Revolución Libertadora de 1955.





Precisamente porque en estos años se ve el vuelco desde lo ideológico y lo doctrinario que tuvo la publicación sosteniendo algunas de las ideas radicales fundamentales que profesara desde su fundación, pero a la vez poniendo de realce la figura del incipiente peronismo.
El Tribuno fue fundado y dirigido por Víctor Gard, Amadeo Olivera y Luis Rojas el 10 de septiembre de 1917. Tuvo como directores en sus casi cincuenta años de existencia a los profesores Montaldo, Sorrentino y Giovanelli, Benito Urteaga, José Orfilio Calvo, Augusto Gard, Francisco Arámburu, Arsenio V. Salces, Eduardo Lázzari, Román A. Subiza, Rogelio Bustos, Luis A. Terry, Arsenio Foray, Norma F. de Viñoly, Nicéforo Asiaín y Arturo Porthé. Con casi medio siglo de existencia y de haber hecho docencia en el periodismo de San Nicolás, cerró  sus talleres 1963.
Esta publicación de corte político radical, nace en un contexto en el que Hipólito Yrigoyen asume el poder en 1916, era el representante de “la causa” contra el régimen conservador mediante la revolución, pero Yrigoyen no pudo cambiar nada del legado que le dejaban: gobiernos provinciales, el parlamento, la justicia, la economía de vieja oligarquía; no tuvo audacia para emprender la reforma desde la magistratura constitucional. Lo cierto es que los miembros del partido, antaño marginales, solo aspiraban a incorporarse al sistema establecido sin modificarlo. Toda promesa de cambio se frustró por la pasividad del gobierno y las clases populares, hijas de la inmigración con el legado de una fuerte conciencia de clase heredada de sus padres finalmente solo aspiraban a formar parte del poder de la época y no a realizar transformaciones de fondo en el sistema de administración político económico nacional. De ahí las fisuras que más tarde empezarían a cuajar en el seno del radicalismo a golpe de machete de una fuerte crisis económica a nivel internacional que carcomió el modelo y las políticas económicas de inclusión de Argentina en el mundo, pero también, de estructuración nacional en relación a las clases en ascenso.
La fisura determinante se produciría tal vez en las elecciones de 1946, cuando importantes grupos de la Unión Cívica Radical empiecen a ver en Perón, alzarse un nuevo estandarte de sus viejos ideales de inclusión social “por la emancipación económica de la clase laboriosa del país, procurando elevarla en su condición humana y convertirla en factor decisivo de un fecundo progreso social” excluyéndose a “personas de ideas reaccionarias y totalitarias así como a los integrantes de la oligarquía”. A impulsar el partido Laborista que propugnaba la candidatura de Perón, se sumaron entonces una fracción o desprendimiento de dirigentes medios de la Unión Cívica Radical: la Unión Cívica Radical Junta Renovadora.
Así se vió el fenómeno de que numerosos integrantes de la Unión Cívica Radical se pasaran a las filas del peronismo, en oposición a sus propios correligionarios integrantes del ala alvearista o conservadora del partido denominada “unionista” dentro de la interna partidaria, que para la misma fecha conformaron junto con el Partido Demócrata Progresista, el Partido Socialista y el partido Comunista, la “Unión Democrática”.
Para 1949 desde la dirección del diario, el dedo de Eduardo Lázzari (adepto al partido radical) como jefe en esa área pasó de señalar a Juan Domingo Perón como un detractor del avance de la Argentina, a marcar este militar como el hombre idóneo para dirigir los destinos del país.  Este cambio de idea del director se vió reflejado en las publicaciones del diario.
No puede dejar de mencionarse que en esta época se dan fuertes regulaciones de nivel nacional al contenido de la prensa del cual El Tribuno, no está exento. Enmascarado en un proteccionismo que impulsaría la industria nacional, Perón impulsó desde los diferentes cargos públicos que ocupó medidas altamente intrusivas sobre las libertades de la prensa. Medidas que, si bien en un primer momento no condicionaron abiertamente el contenido de las publicaciones (a lo que se llegaría después de 1949, año en el que el control de la Subsecretaría de Información y Prensa se volvería tenaz. Apold debía ver y autorizar el contenido de los noticieros previamente a la exhibición en salas y desde esa oficina se llegó a “proponer” las notas a realizar, enmascarando el interés político en favor de la construcción nacional y popular) si regularon la materia prima con la que trabajaban, condicionando en razón del contenido, el acceso a la misma.
Un ejemplo de esto son las medidas encaminadas a la regulación de papel prensa impulsadas por Perón en los años previos a su primer presidencia. Así, durante el gobierno de Farrell ya se había incluido al papel prensa dentro de la ley de represión de agio. Las empresas con excedentes de papel tendrían que entregarlo al gobierno para satisfacer necesidades oficiales de orden educativo, cultural e informativo; pudiéndose distribuir los remanentes sobre la base de prorrateo a efectuarse entre las empresas periodísticas que carezcan de papel o no puedan proveerse del mismo por resultarles muy difícil o imposible la adquisición en plaza, estando este a cargo de la Subsecretaría de Informaciones.
“O salen todos los diarios o ninguno”, dijo Perón. Si bien la crisis del papel para diario no era ficticia, también es cierto que mediante esta medida se presionaba a los periódicos que hicieran la campaña contra Perón. Las expropiaciones del papel al diario La Prensa, pero también a otros medios gráficos, tendría una función decisiva en la venta de algunos periódicos al gobierno.
De esta forma se garantizó que los opositores al gobierno carecieran de acceso a los medios masivos de difusión de la época. Entre otros motivos, el gobierno de Perón alegó que “no tenían realizaciones de gobierno que difundir…”. Bajo este precepto, el gobierno compró todas las radioemisoras del país – salvo una de San Juan – y negó sistemáticamente a la oposición sus micrófonos. Un proceso similar se dio con la prensa escrita: diarios independientes como La Nación, La Prensa o Clarín vieron restringidas sus tiradas como consecuencia de la regulación del papel; al diario La Prensa, a su vez, fue expropiado y entregado a la CGT en 1951. Además publicaciones opositoras como La Vanguardia del partido socialista o Provincias Unidas del sector intransigente del radicalismo fueron clausurados.
De esta forma, durante la primera presidencia (1946-1952) se formó un sistema extraordinario de medios de comunicación, y en la segunda presidencia (1952-1955) se regularizó y normativizó a la radiodifusión a partir de la sanción de leyes y decretos sustanciales. Como resultado, se formó y consolidó un proceso de concentración, centralización y regulación ideológica.
La expropiación de periódicos, la concentración política y económica de la radiodifusión y la presencia permanente de las figuras de Perón y Evita en los medios de comunicación, son algunos de los rasgos que permiten hacer una lectura rápida del uso autoritario de los medios de comunicación en esa etapa. El lugar asignado por Perón al periodismo ha sido interpretado tanto como una política “de hecho” en respuesta a la coyuntura, o como un rasgo coherente y programático dentro de la “doctrina peronista” que propiciaba a la construcción de una comunidad organizada pero, destacándose la peculiar utilización de los medios realizada por Perón.
La dirección de El Tribuno bajo Lázzari, significa en la historia del medio una metamorfosis de ideas, con convicciones o presionado, plasmadas en la publicación. Hasta 1951 era antiperonista. Destetaba la figura del peronismo y denostaba a través de sus crónicas y editoriales todo lo que tuviese que ver con la figura de Perón, Eva Duarte o sus seguidores. Esto hasta la intervención de Román Subiza (nacido políticamente bajo el signo del radicalismo, pero adoptado por el peronismo), quién fuera Comisionado en la municipalidad de San Nicolás nombrado por el Dr. Juan Atilio Bramuglia después del golpe de estado del 4 de junio de 1943. Fue también director de El Tribuno antes que Lázzari de quién era amigo personal.
En ese año, el entonces Ministro de Asuntos Políticos de la Argentina Dr. Román Subiza, abogado nicoleño, gestado ideológicamente en la sala de reuniones de la Unión Cívica Radical pero convertido al peronismo, fue el encargado de llevar ante el Presidente de la Nación el reclamo de la ciudad por la privatización del puerto nicoleño heredado en 1903 y que implicaba desde entonces una paralización de la vida económica de la ciudad.
La administradora del puerto, Sociedad Puerto, la que fuera una empresa de  capitales foráneos, mantenía desde 1903 cerrado el puerto de la ciudad y hacía negocios turbios enarbolando su nombre. Fue una sociedad privada que administró el puerto de San Nicolás desde 1903 hasta su re estatización en 1951.
El Puerto de San Nicolás, emplazado sobre el Río Paraná, y que es el último puerto de la Provincia de Buenos Aires sobre este afluente; en esta época, dejó de recibir mercaderías y de exportar cereales y manufacturas, que sí salían por el puerto de Rosario en el mismo río, siendo este el primer puerto de la Provincia de Santa Fe. Es decir que los vinos, aceites, carnes, cereales, manufacturas, etc. De producción nicoleña que se producían en la zona se debían vender al mundo a través de Rosario, porque el puerto de Buenos Aires implicaba un costo extra en traslado que era menor hacia la ciudad santafecina. Este virtual cierre del puerto nicoleño, le significó a la ciudad un atraso de 50 años (en contraste con Rosario, que es su época de desarrollo portuario).
Perón en persona se presentó en la ciudad junto con Eva Duarte y el Gobernador de Buenos Aires, Coronel Domingo Mercante, honrando la amistad que convirtió a Subiza en su mano derecha, y firmó ante miles de ciudadanos la re estatización del lugar. Ese mismo día participó de la inauguración de tres monumentos: el monumento a San Martín, al Primer Combate Naval Argentino, y un monolito evocativo de la nacionalización del puerto emplazado en el antiguo puerto de cabotaje (actual empedrado). Luego, Perón, Evita y su comitiva, se embarcaron en el yate "Tequara", emprendiendo el regreso en medio de la ovación popular.
Este hecho singular haría que Lázzari cambiara netamente su forma de ver a Perón convirtiéndose en uno de sus más fieles seguidores, hecho que se reflejó en la publicación.
La amistad entre Subiza y Perón había iniciado en la década del 40, pero se vió fortalecida en los días previos al 17 de octubre de 1945.

Fue en la quinta de Subiza, ubicada en territorio santafesino – en el departamento de Villa Constitución - próximo a San Nicolás, donde se hospedó María Eva Duarte, reuniéndose en ese mismo lugar, posteriormente a los acontecimientos de Plaza de Mayo, con el entonces Coronel Juan Domingo Perón.



Previamente a ello, Evita se había alojado en dos domicilios de la ciudad de San Nicolás: uno en calle Alem, y el restante en calle Ameghino; ambos del entorno del nicoleño.

Una frase de referencia: “Que se rompa pero que no se doble”. 


A principio de 1896 Leandro Alem tomó su propia vida disparándose un balazo. En la carta que dirigiera a sus amigos, la que es calificada por los historiadores como una declaración de principios y un testamento político, dejó estampadas las palabras que el radicalismo transformara en una de sus principales consignas:” Que se rompa pero que no se doble”. Clara expresión de intransigencia política, de firme voluntad de no pactar con el “Régimen”, es decir el antiguo Partido Autonomista Nacional (el PAN). Esta última expresión del fundador del radicalismo fue alzada como un pendón por El Tribuno hasta sus últimos días aun frente a las publicaciones de tinte peronista que inundaron de forma obligada el diario durante la etapa más dura de la aplicación de la doctrina  peronista.

Análisis sobre El Tribuno.
Análisis técnico.
Cantidad de páginas: Al comienzo fueron solamente 4 páginas (un pliego). Posteriormente se incorporó un suplemento dedicado al deporte lo que llevó la separación en otro pliego más. En total llegó a 8 páginas.
Formato: Sábana.
Tirada: Se desconoce.
Periodicidad: Diario.
Imprenta propia: Contaba con sus propias instalaciones.
Presencia de color: Nula, por tratarse de imprentas de principios del Siglo XX.

Análisis temático:
La imagen o identificación del diario: El mismo cuenta con un Isologotipo, sus letras cuentan con seriffe y son de diseño, no de molde.  Están centradas sobre la figura, en blanco, de la Casa del Acuerdo de San Nicolás. Cabe destacar que hasta la localización SOMISA en las cercanías a la ciudad, San Nicolás era conocida como la Ciudad del Acuerdo, posteriormente pasó a ser De Acero, y hoy, La ciudad de María. Continuando con el análisis, presenta algunas casas bajas y varias torres, entre las que sobresale una con un reloj, que se asemeja al Palacio Municipal donde están los Poderes Ejecutivo y Legislativo.
Las dos torres gemelas con una más ancha en medio presentan a la Catedral y detrás de la O, se aprecia la sombra del Teatro Municipal.  Es decir que forman parte importante de la impronta de la publicación todas las edificaciones que representan tanto la vida cívica como histórica y cultural de la ciudad.
El tamaño era oscilante según cuestiones de espacio, podía en dos y en tres columnas, manteniendo la proporción de aspecto. La ubicación en la tapa también oscilaba según el espacio, sin tener un lugar definido a tal efecto.
Respecto del nombre, tribuno hace referencia a un espacio de mira por encima del resto, a una cátedra, plataforma o estrado. Es decir un lugar que mira todo y a todos desde una plataforma superior.
Ubicación de las notas: Característica de los medios de la época, parecen salpicadas por doquier en la hoja. No hay una diagramación estándar que se repita entre los ejemplares. Sin embargo, las páginas muestran una constante temática.


La tapa se encuentra segmentada de forma tal que en la parte superior se encuentran las notas relacionadas con política local, o nacional siempre y cuando se halle en ella algún protagonista nicoleño. La parte inferior de la misma está destinada a notas e color o de orden gremial, llegándose a encontrar incluso algunas e carácter internacional pero siempre relacionadas con la política.
El recuadro peronista: En la base de la tapa hay un recuadro peronista que hace referencia al buen gobierno de Perón, incita a los ciudadanos a votar por el General en las elecciones de 1954 para elegir vicepresidente de la República (Tu deber como nicoleño es votar por el progreso de San Nicolás, TRABAJADORES: Si queréis volver a la época infame en que se trabajaba una vez por semana y se comía día por medio, Votad por los candidatos de la contra). Aprovecha este espacio además para referirse a la oposición como Conservadores y Entreguistas.
Elecciones que arrojaron el resultado para el candidato oficialista, Almirante Alberto Tesaire de 4.994.106 votos contra los 2.493.422 del candidato de la U.C.R., Crisólogo Larralde. Sin embargo, el conflicto con la Iglesia Católica iniciado precisamente a fines de aquel 1954 fue el determinante de una profunda crisis que el gobierno de Perón no pudo sobrellevar con éxito.







Quien ocupa también un lugar preponderante es Subiza, por aquel entonces electo Senador Nacional. Como ministro y luego como senador del peronismo, está presente en todas las tapas hasta su muerte ocurrida en manos de su esposa o de su cuñado en Capital Federal por un conflicto de familia (en realidad nunca se supo por qué tenía siete orificios de bala en el cuerpo de dos calibres diferentes). Este señor, acaudalado político, dueño de un prestigio y de un poder sin igual, que como ya dijimos tuvo oportunidad de dirigir el diario y fue desde lo político o desde lo económico muy influyente en la época; es mencionado en las tapas en casi todas las oportunidades y el día de su muerte se llevó adelante una completa cobertura de todo el sepelio y las exequias.

Otro espacio destinado a la política hace referencia al Poder Ejecutivo Municipal, donde se divulga de forma casi mecánica, todas las actividades (desde la compra de dos barredoras, hasta el color del traje del intendente). Por lo demás, las notas se surten en educación, información del entorno agrario, deportes, información gremial, etc.
Finalmente resulta interesante el recuadro denominado “la copla del día” que aparece de forma intermitente en algunas de las tapas junto a “El Tribuno”.
En el retiro de tapa se encuentra la sección “sociales”, donde se anuncian, entre otros, cumpleaños, casamientos, compromisos, aniversarios matrimoniales, bautismos, bullicio de cuna (en el que se anunciaban los nacimientos), reunión (en el que se detallaban las reuniones sociales ocurridas, los motivos y los asistentes), despedidas (el que se anunciaban las despidas de soltero/a y los nombres de asistentes), viajeros (donde se anunciaba la llegada de visitantes a la ciudad, así como las partidas), enfermos ( en el que se comentaba acerca del estado de salud de vecinos de la localidad que se supiera padecían de alguna enfermedad), recordaciones (o aniversarios de defunciones), en memoria (que avisaba de las misas realizadas por los muertos), fúnebres  y finalmente el apartado  “recetas de cocina”, entre otros. Debe mencionarse que estos subtítulos de orden “social” no siempre estaban todos en todas las publicaciones, sino que aparecían según la necesidad del día. Finalmente es destacable que es el retiro de tapa, la hoja que más publicidad concentra, dejándose tan solo la parte central a dos columnas para la publicación de “sociales”.
Con respecto al suplemento deportes, debe mencionarse que estaba dedicado principalmente a los clubes de la zona y se encargaban de todas las disciplinas practicadas; desde fútbol hasta paracaidismo, pasando por boxeo, atletismo, automovilismo, bochas, ajedrez, básquet, actividades en las delegaciones (como un bermouth danzante a cargo de señoras y señoritas socias en el Conesa Football Club de la localidad de Conesa en el límite con Pergamino) y hasta un club para pelados.  En la parte inferior se ponían las publicidades. En la parte superior, durante el peronismo siempre hubo un lugar para la figura del primer mandatario, con títulos como: Homenaje del Deporte al General Juan Domingo Perón, El Gral. Perón entrego premios a deportistas, etc.





Además, en la misma sección aparecía la sección de clasificados son cuadros de “ofrecidos” y “se busca”.
Porcentaje de Publicidades: Se estima en 40 %, todas en el interior, sobre todo en Deportes. No hay publicidad en tapa y contratapa. Se destacan entre los anunciantes profesionales del área de la medicina y el derecho, así como las tiendas dedicadas a la venta de ropa o artículos para la confección de prendas. Publicitaban las castas más tradicionales de la época, cuyos apellidos o nombre de fantasía de sus locales siguen hasta hoy siendo renombrados, como es el caso de “La Sorpresa”, o el “Cine El Águila”, ambos desaparecidos. Hay presentes también casas de las más tradicionales como la Zapatería Dávila o Tienda Gato Negro, que aún existen. Como otro servicio, que seguramente se cobraba,  se publicaban las farmacias de turno. Salvo algunas excepciones, como la de Rejas que Liberan que contenía una ilustración dibujada, las publicidades eran todas duras letras de molde, sin seriffe, en negrilla. La presencia de fotografía en las publicidades es prácticamente nula.  

Porcentaje de notas según temas (valores aproximados fuera del espacio comercial y el institucional):
          Política nacional: 35 %
          Política Provincial: 10 %
          Política Local: 30 % (a excepción de las publicaciones oficiales de la municipalidad como gastos fiscales, que demandaban un pliego más, sin publicidad y salían cada un año).
          Deportes: Contaba con suplemento especial.
          Sociales: 25 %
         Notas de tapa: Supremacía de noticias locales y nacionales. Se exalta la figura de Subiza y Perón. Se acompaña con una marquesina peronista principalmente durante la campaña.
Suplementos: Deportivo.

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