Carta de Lectores

Homenaje a la memoria

Sr. Director:

Hoy, 11 de Noviembre de 2011, al pisar después de tantos años la ciudad que me vio nacer, pude apreciar un lugar igual pero distinto.
Lo primero que hice al llegar fue hacer lo que hago siempre: recorrer los espacios en donde pase los mejores años de mi vida.

Pasé por el bar enfrente de la iglesia, por la escuela, por mi casa de antes. Pero al llegar a la plaza, a mi querida plaza veo gente, veo autos,escucho una música que reconozco sin pensarlo dos veces.
Al acercarme me encuentro con compañeros de infancia, de colegio, de vida. Reconozco los viejos que nunca envejecen, los chicos jugando sin cansarse,  los bancos de la plaza hechos con  tablones de madera, pero logré captar algo nuevo en el espacio.
Observo una escultura que se alza en medio de los pastos de la plaza. Sin terminar de acercarme se qué es y quiénes son.

Se que hace tiempo  se corría el rumor de que les iban a hacer un homenaje, pero como siempre pasa lo mismo con los rumores no le presté atención.
No pude evitar una que otra lágrima cuando me acerqué completamente. Recorrí con la mirada el espacio, y sentí que mi vieja me estaba contando otra vez las historias de ese 11 de Noviembre antes de dormirme.
Lo primero que hice fue llamar a mi hermana, expresándole mi emoción ante tan semejante homenaje a la historia de mi ciudad. Ella me cuenta que mamá estuvo en todos los detalles, en cada reunión. Me la imagino.
Con estas pocas palabras va mi agradecimiento a todos los que participaron en esto, porque considero que es de gran necesidad recordar a estas valientes y heroicas mujeres que pusieron el pecho y el alma para defender lo que muchos no pudimos.

Aunque hayan pasado ya  50 años de aquel silbato que anunciaba como si fuera una burla el paso de un tren que quería romper los ramales,que quería llevarse consigo una ciudad cual corazón lo construían esas vías, la memoria colectiva que refleja este monumento levanta los gritos de cada uno/a de los trabajadores/as que arriesgaron su vida para que hoy Laguna Paiva siga existiendo.

Susana Artigas



(Ficción, escrita por Agustina Verano)

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